Psicólogo para problemas de conducta en Valencia

Psicólogo para problemas de conducta en Valencia

Uno de los principales motivos por los que los padres buscan el asesoramiento de un psicólogo infantil tiene que ver con que existen periodos de la infancia en que los niños pueden dejar de mostrarse razonables, expresar sus deseos de formas poco adecuadas, desobedecer con excesiva frecuencia, enfadarse hasta el punto de rabiar o replicar a todo lo que se les pide con un “no” rotundo.

Estas suelen ser conductas relativamente comunes en el proceso de desarrollo, pues la crianza supone el establecimiento y aprendizaje de una serie de normas y límites en la convivencia dentro del hogar que los niños terminarán por extrapolar posteriormente a su relación con la sociedad. Por esta razón, este tipo de comportamientos suele terminar con la edad y la experiencia, aunque existen casos en los que, debido a su intensidad o frecuencia, se puede necesitar algo de ayuda para afrontarlas y encararlas.

Uno de los trastornos de la conducta más complicados para los padres, cuidadores y educadores es el Trastorno de Oposición Desafiante (TOD), que consiste en un patrón recurrente de comportamientos de carácter negativista, desafiante y hostil que se dirige hacia las figuras de autoridad del menor.

Cabe mencionar que el “mal” comportamiento es completamente normal y hasta esperable en niños pequeños, pero el diagnóstico de TOD hace referencia a un estilo de comportamiento disfuncional y habitual que supone un deterioro en las actividades sociales, familiares y académicas del menor con este diagnóstico.

Algunos de los rasgos que nos ayudan a identificar esta alteración de la conducta son: la frecuente encolerización e irrupción en pataletas; las discusiones con adultos; el desafío activo a adultos y el rehúse al cumplimiento de las demandas que se le trasladan; la búsqueda de molestar deliberadamente a otros; la acusación a otros de sus errores o mala conducta; la susceptibilidad o facilidad para ser molestado por otros; los accesos de cólera y resentimiento y, finalmente, el mostrarse habitualmente rencoroso o vengativo.

Por otra parte, podemos encontrarnos ante un comportamiento disfuncional todavía más grave como es el Trastorno de Conducta (TC), que se diferencia del diagnóstico anterior porque el patrón repetitivo y persistente de conductas comporta una violación de los derechos básicos de otras personas, de normas sociales o de las leyes.

El diagnóstico requiere que se cumplan una serie de conductas que se ubican en los siguientes grupos: agresión a personas o animales; conductas no agresivas que suponen la destrucción de una propiedad; fraude o robo y violación grave de las normas.

Llegados a este punto, ante un diagnóstico claro de alteraciones como las mencionadas, la ayuda de un psicólogo para problemas de conducta puede sernos muy útil.

Una serie de sesiones dirigidas por un profesional cualificado permiten tanto a los padres como al niño o adolescente llegar a comprender el motivo por el cual se dan estas reacciones y aprender a manejar estos problemas desarrollando toda una serie de recursos y estrategias más funcionales que permitan mejorar la calidad de la comunicación y las relaciones familiares.

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