Psicólogo para dolor crónico en Valencia
Las personas percibimos el dolor siendo una señal de nuestro sistema nervioso que nos indica que algo puede no estar funcionando adecuadamente.
Cumple una función evolutiva de aviso inmediato que difícilmente puede pasar inadvertida, ya que genera una sensación bastante desagradable que puede traducirse comúnmente en picores, ardores, pinchazos o molestias.
Actualmente, existen diversas clasificaciones para el dolor en función de su localización en el cuerpo, su intensidad y su duración.
En base a la localización, podemos hablar de puntos de dolor muy focalizados en una zona del cuerpo, o puede ser un dolor que se extiende por todo el cuerpo en términos generales.
Por otra parte, cuando hablamos de dolor agudo nos referimos a una señal nerviosa que requiere nuestra atención con urgencia y que suele mostrarse de forma bastante intensa, llegando incluso a ser la causa de una sensación de mareo o náusea.
Pero, en otros casos, esa señal de alarma se extiende a lo largo días, semanas, meses o, incluso, años. Hablamos de dolor crónico cuando la duración del dolor es persistente en el tiempo tanto si existe un origen claro del mismo, como si no ocurre así.
Pese a que, en numerosas ocasiones, nos encontramos ante la tesitura de no contar con una razón aparente que explique la presencia crónica de la sensación de dolor, sí podemos analizar una serie de factores ambientales y psicológicos que contribuyen a agravar los síntomas, como tener que estar expuesto a posturas forzosas para el cuerpo en casa o en el trabajo, o la falta de apoyo social real o percibido con respecto al sufrimiento derivado del propio dolor.
El diagnóstico de dolor crónico es más frecuente en personas adultas mayores, especialmente mujeres, y es habitual que la exposición constante al dolor les convierta en más vulnerables a otros tipos de afecciones y enfermedades, principalmente a causa de un probable debilitamiento de su sistema inmunológico.
Existen muchos casos en los que el diagnóstico de dolor crónico es compatible con un tratamiento que pueda llevar a mitigar sus efectos e, incluso, a suprimir la sensación de dolor, aunque no siempre existe un tratamiento médico óptimo, especialmente cuando no se conoce con exactitud cuál es el origen de esta problemática.
Aun así, los tratamientos médicos con analgésicos, la terapia física y la fisioterapia y la terapia psicológica han demostrado ser de utilidad a la hora de abordar un diagnóstico de este tipo.
Debido a la variedad de factores tanto físicos como psicológicos que parecen estar implicados en el diagnóstico de dolor crónico, no es extraño que en una gran variedad de situaciones los analgésicos no surtan el efecto deseado, o pueden terminar por no ser utilizados debido a los efectos secundarios o bien a la gran dedicación y atención que se requiere para que resulten totalmente efectivos.
En las ocasiones en las que el tratamiento farmacológico puede resultar insuficiente para el abordaje del dolor crónico, es importante que nos planteemos qué otros recursos podrían ser de utilidad para mejorar la calidad de vida del paciente con este diagnóstico, por lo que un psicólogo para dolor crónico debidamente cualificado puede ser un agente ideal para ayudar a cualquier persona con dolor crónico a encontrar formas de medicarse correctamente en caso de ser necesario, y también controlar y reducir el dolor y, en ocasiones, aliviar completamente el mismo.
Dado que la psicología ha demostrado ser un gran recurso técnico a la hora de reducir o aliviar el dolor, en Dopsi nos comprometemos a buscar y desarrollar con el paciente las herramientas más adecuadas para la mejora de la gestión del malestar físico y psicológico asociado a este diagnóstico clínico.