Psicólogo para motivación deportiva en Valencia
La palabra motivación es un término que proviene del término latino “motus”, cuyo significado viene a ser “causa del movimiento”.
Generalmente, cuando hablamos de motivación hacemos referencia a un impulso que se pone en práctica para conseguir una determinada obra o acción que satisface una necesidad previamente esclarecida.
Asociada al ámbito deportivo, la motivación se relaciona con el deseo de practicar, entrenar y ejercitar las capacidades tanto físicas como mentales para alcanzar una serie de objetivos individuales o de grupo.
Sin embargo, aunque la motivación consta de una definición global que puede aplicarse en términos generales, es cierto que podemos hacer una diferenciación entre dos tipos de motivación en función del origen de la misma: motivación extrínseca y motivación intrínseca.
Nos referimos a motivación extrínseca cuando la voluntad de realizar una determinada actividad o alcanzar un objetivo surge de la recompensa que pensamos que obtendremos a consecuencia de la misma.
Por ejemplo, cuando un niño o adolescente comienza a estudiar para aprobar el curso porque sus padres le han prometido que obtendrá un premio específico por ello (como videojuegos, un viaje, entre otras posibilidades).
En términos deportivos, se podría hablar de motivación extrínseca igualmente cuando la sensación de premio es ajena a la tarea como, por ejemplo, el reconocimiento público o la fama, o bien por razones económicas.
Sin embargo, la mayor parte de deportistas que deciden dedicar su vida a la actividad deportiva se nutren principalmente de lo que conocemos como motivación intrínseca, que es el disfrute en sí mismo de la tarea.
Es decir, un deportista juega al baloncesto, al tenis, o al balonmano porque disfruta de la propia actividad deportiva y de su voluntad por mejorar día a día, y es la misma la que le reporta placer y satisfacción, de igual modo que un niño o un adolescente pueden estudiar con el objetivo de aprender y superarse a sí mismos, más allá de cualquier posible recompensa a alcanzar.
En relación con lo anterior, muchos deportistas, tanto profesionales como aficionados, experimentan en algún momento de sus carreras un pico en su rendimiento deportivo.
Esto puede convertirse en un arma de doble filo, puesto que hay que saber manejar tanto ese gran momento y las sensaciones que lo acompañen como la subsiguiente bajada relativa que lo acompaña.
En ocasiones, esa disminución del rendimiento o la no consecución de los resultados que el deportista espera pueden acarrear un descenso ostensible de la motivación y las ganas de esforzarse y superarse a sí mismo.
Un psicólogo experto en motivación puede ser crucial para la vida deportiva de competición a cualquier edad y especialmente en niveles de alta exigencia. Con la ayuda de un profesional, cualquier deportista puede aprender a manejar las emociones que acompañan a la práctica deportiva y a solventar las fluctuaciones motivacionales y de actitud que se le puedan presentar.